Escuelitas, Mis segundas letras....

En el Colegio Departamental de Bachillerato San Pedro Claver, hice el primero y segundo de bachillerato, este estaba mas lejos aun, a la salida del pueblo hacia Magangué, fue algo parecido a la primaria, a lo mejor por la transición, poco recuerdo de estos dias, alli si se reunió la familia y el gordo debio aceptar estudiar en el mismo colegio que yo, el llegó hasta cuarto allí, entre otras cosas por que el colegio no tenia aprobado el quinto y el sexto pues de laboratorios nada. Asi que les hicieron un grado en cuarto, estaba la juventud pesada de la epoca y recuerdo que ese dia el gordo hizo una fiesta en la casa, como las que el gustaba hacer, con mucha gente y mucha bulla.

En el año 74 mi papa decide que el ambiente del pueblo no es el propicio par nosotros y teniendo en cuenta las alternativas que se presentaban, decidió mudarnos para Sincelejo. Para mi eso fue un golpe tremendo, mis amigos y mis amigas estaban en el pueblo, era como desarraigarme, pero lo tuve que hacer. Me olvide de mi primera novia, la que vivia en frente de mi casa y sin mirar hacia atras, me fui para Sincelejo, como quien se va para otro país, pero la cosa no fue tan mala, los negocios de mi papa seguian estando en San Pedro y yo era el indicado para monitorearlos, asi que viajaba cada rato a San Pedro y me bajaba donde la tia Abbe. Asi que segui con las mismas rutinas, las mismas borracheras y novias nuevas, una de ellas prima mia. Esto fue asi hasta que mi papa vendió la tierra en el pueblo y compró para la via de Sampues. Ahi vino el verdadero desarraigo de la patria chica, pero ya fue menos doloroso, pues en Sincelejo encontre cosas que me agradaron mucho y afinque cosas que ya traia del pueblo y que alla eran escasas, como la musica salsa.

Así que el traslado fue completo, hasta mis papeles de los colegios de primaria y bachillerato fueron trasladados y validados al Gimansio Juvenil, como una medida para que no regresara al pueblo a nada.  Y alli termine mi bachillerato, donde Enrique Sanjuanelo Medina, en un colegio que le decian la imcubadora, pues segun rumores de la ciudad, alli todo el mundo era buen estudiante. Alli pase ratos muy buenos, entre clases y clases siempre habia un hueco para la diversión. Me gradué en el año 77, de 18 años, no de 16 como salen ahora, como un estudiante excelente que gracias a que aprendió a leer tarde y que para aprenderse las lecciones me las tenia que leer mi mama, aprendió de esta forma a escuchar y asimilar y de esta manera era poco lo que en realidad estudiaba.

Quizas estoy escribiendo esto para cuando llegue la epoca del olvido, cuando la memoria haga jugarretas, para que mis hijos algun dian lean este blog y se sonrian. Mania que he tenido siempre de guardar cosas del pasado para el futuro, como las cartas de mi mama, los dibujos de prescolar de mis hijos, los examenes presentados y todas esas cosas que representan para mi un tesoro y estan guardadas en alguna parte en bolsas de plastico. Alli donde guardo tantos recuerdos de la familia, de mis hermanos, de mis tios y de mis sobrinos, de los amigos, de tantas cosas que eternizaran los recuerdos.  De estas cosas ya le entregue a andres elias una coleccion de monedas cumpliendo asi una de las metas. Esa coleccion de monedas y billetes de cuando yo era niño la comence cuando cumpli los quince años con el firme proposito de entregarselas a mi primer hijo cuando él cumpliera quince años y asi lo hice, no se que valor les haya dado ni donde las tendrá ahora, pero el día que se las entregué se emocionó mucho, aun lo recuerdo.

Cuando escribo esto lo escribo a la velocidad que el pensamiento me lo dicta, sin editar, sin corregir, sin maquillar el estilo, si es que hay alguno, pero estoy dejando aqui algo de mi alma para que mis nietos me lo echen en cara cuando lo este jodiendo...

Padre celestial, bendicenos...