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Mostrando entradas de enero, 2011

Recta final

Parece ser que este viernes 29 se entregará La Casa a su nuevo dueño, terminando así la historia de nosotros, Arrieta López, en La Casa. Sirve de consuelo que la compró alguien que la amará como la amamos nosotros y que será pilar de sus sueños como lo fue de los nuestros cuando la Abuela se mudó para ella desde Sincelejo embargando de felicidad a todos los que ya estábamos acá en Cartagena por alguna razón u otra.  Compacto a la familia alrededor  de ella dejando atrás los sinsabores y heridas afligidas inclusive por nuestra propia sangre en aquellos lejanos días en que los dioses extraños imperaban. Todo cambio con la compra de la Casa y el traslado de la Abuela a esta ciudad que no era su ciudad y que yo pensé que el poder de adaptación que la vieja tenía no le iba a alcanzar para adaptarse a esta ciudad ruidosa y extraña. Pero no fue así, la abuela se adaptó tanto que el ruido ya no le hacía mella y adoptó a un loco, para no extrañar al que dejaba huérfano y a la deriva en Sincelej

La red social

En su esencia, las cosas no son ni malas ni buenas, son, diría yo, inocentes,  todo depende del uso que se le de, así, una cuchilla bien afilada, por ejemplo, no es ni mala ni buena, solo depende del uso que se le de, en las manos hábiles de un cirujano experto es generadora de vida, en las macabras manos de un homicida es segadora de vida, y en su alma, la cuchilla sigue siendo eso, una cuchilla. Cualquier cosa o ente de este mundo en el cual se piense ahora, llevará el mismo axiomático recurso. Al igual, las redes sociales mantienen este sistema, no son ni buenas ni malas,  algunos las usan para satisfacer deseos depravados y escondidos, otros para delinquir, otros para conocer gentes de otras partes, la infinidad de adolescentes con edad falsa los usan con fines diversos, a mi personalmente, me han servido para recuperar a los amigos que había perdido en el giro del mundo y el paso del tiempo, todavía me falta recuperar  a muchos, pero he logrado bastante y cada amigo recuperado, es

Año nuevo... prision nueva....

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Poco a poco se va pasando el año 2011 y ya está en la historia el traslado de los prisioneros perpetuos de la M37.  Cada uno de los prisioneros tomará rumbos diferentes y se espera que mejoren notablemente la comodidad de sus celdas. A mi modo de ver seguirán clamando por al libertad, pues aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión. Que particularidad la del ser humano de querer siempre retener a la belleza, entre mas rara mas apreciada y esto lo lleva a encadenar perpetuamente aquello que le produce placer a algunos de los sentidos, si no a todos. De esta forma se inmortalizaron las melodías,  los paisajes, los arcoiris, las letras y de esta forma,  cruel por cierto, se encadenaron a las aves del cielo para así poder encadenar sus cantos y oírlos trinar por la mañana, ignorando si el ave presa llora su pérdida libertad o protesta para que lo suelten. Zoológicos en miniatura tratando de emular a los mas grandes, depredadores de las libertades.

Los Tres Ladrones

Epoca fue de sordidas pasiones; el pueblo de rencor estaba henchido, y en el Golgota, en sombras convertido, colgaban de sus cruces tres ladrones. A un lado y en rabiosas contorsiones, expiraba un ratero empedernido; en el otro, un ladrón arrepentido, y en medio, un robador de corazones. De luto se vistió la vasta esfera; Gestas, el malo, se retuerce y gime; Dimas, el bueno, en su tortura espera; y el otro, aquel de luenga cabellera, que sufre, que perdona y que redime, ¡Se robó al fin la Humanidad Entera! Enrique Alvarez Henao (1871 - 1914)

La Casa

Prácticamente La Casa ya esta vendida, su función aglutinante de la familia cesa, si es que alguna vez  ejerció verdaderamente esa función.  Ahora, pasará a otras manos y de esa calle nos olvidaremos pronto, de sus vecinos, amables unos, bulleros otros. La Casa vio crecer a los nietos y los vio pelear por la tenencia de la terraza, fue testigo de parrandas, de reuniones y de no se cuantas navidades y año nuevo. A La Casa se le apago su Luz principal y cuando esto sucedió dejo de ser ese ente acogedor en donde todos encontramos calor  y refugio en épocas de penas o simplemente cuando queríamos echarnos una buena siesta.  Se fue quedando sin visitantes, propios y extraños se alejaron, a lo mejor sentían el agobio de la ausencia o escuchaban, como yo, el eco tardío de todas las voces un día cualquiera dieron vida a una conversación. Extrañaban quizá las carcajadas sonoras y la algarabía de tanto gente que llegaba a visitar. Solo Carmen quedó en La Casa con el peso de la historia en su esp

Francachela.....

Hoy cumplió años Carmen, la niña, como le decíamos cuando aun eramos menos que adolescentes y estábamos completos, no quiere que se diga cual edad cumplió pero eso no es lo importante, lo es si, el hecho que nos reunamos y entre mamaderas de gallo se pase un rato en familia, abordando temas no preparados de antemano ni el derrotero que seguirá la reunión. A mi estas reuniones me gustan, antes cuando los recursos propios eran más, yo mismo las suscitaba, me gusta la palabra fácil que salta al ruedo de sillas y en ruidosa logomaquia nadie escucha y todos hablan.  Todo el mundo mete baza, todo el mundo recuerda algo, (Esto lo comencé el 20 de octubre de 2010, también lo publico sin terminar)

La fragil memoria

Es muy poco lo que recuerdo de el gordo,  estrujo mi memoria y no hallo muchas cosas, como si el tiempo se hubiera encargado de borrarlas o de hacer huecos entre los pensamientos que me impiden hilvanar una historia.  De la infancia lo recuerdo como aquel fortachon que me vivía salvando de las peleas que me buscaba y esto lo motivo a cambiarse para un colegio diferente al mio, asi que yo estudie mi primaria en el Paulo VI y el en el Liceo Magangué, uno en cada una de las puntas del pueblo.  De esa época recuerdo las obras de teatro que se inventaba en donde los actores eran los demás hermanos y algunas primas, el era el director y como buen director se amarraba sus rabias cuando no hacíamos lo que él decía o lo hacíamos de otra manera. En una de esas obras donde yo representaba el papel de no se que santo o rey, me enredé con la capa y me partí la barba, aun creo que se me nota algo de esa cicatriz que el tiempo ha ido borrando de la misma forma como se ha borrado por pedazos mi memori