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Mostrando entradas de 2009

Viejo amigo viejo.... larga vida te de Dios.

Un día de esos en los cuales hay poco que hacer, se me dio por buscar viejos amigos en el facebook (para algo tiene que servir) y me encontré con un viejo amigo de la infancia. Nando Teheran Balmaceda (Heteba). Compañero de aventuras y parrandas. Inicial enemigo que después llegó a convertirse en mi mejor amigo. Muchas fueron la veces que mi tía Abbe nos fue a buscar al parque y nos traía por la oreja a dormir, tambaleantes de soberanas borracheras que nos pegabamos al son de los vallenatos de moda en el momento. Nando dormía en una hamaca que guindaba en la cocina, en cierta ocasión, nublado por los humos del alcohol colgó una de las cabezas de la hamaca en la repisa de los platos y se tiro en ella con todo su peso dispuesto a dormir hasta el día siguiente. El ruido de los platos rotos se oyó en todo el pueblo. Viejo amigo, un abrazo en la distancia, gracias por todas las veces que me tendiste tu mano para ayudarme, en ratos felices y en ratos malos, en ratos tristes y en ratos de c

Adarga, inutil contra el plomo

El hombre vivió gran parte de su vida blindado, con un poderoso campo de fuerza al estilo Guerra de las Galaxias, mejor que el acero, protegido de cualquier amenaza. El escudo le servía para no dejar entrar lo indeseable, pero su desempeño mayor era no dejar ver desde el exterior lo que ocurre en el interior, es una protección a lo mas íntimo. Ahora al hombre el escudo se le esta adelgazando, ya no es un campo de fuerza al estilo de la Guerra de las galaxias, ya no es acero templado, ha quedado en un simple adarga inútil contra el plomo, en un escudo que no garantiza la protección de fuerzas externas y tampoco garantiza que lo que se pretende proteger salga a la luz. El adarga protege contra lanzas y flechas, pero no es escudo que ataje los disparos certeros de la tristeza que azota desde adentro, de forma alevosa y sin previo aviso. Son las fuerzas internas que empujan al recipiente plástico en forma generalizada por todos sus puntos, buscando sistemáticamente el punto más débil para

Cosecha y Navidad. Lo mejor del año

La cosecha coincidía con la Navidad, se sembraba en junio o julio y se cosechaba en diciembre y parte de enero. Todo era un guión preestablecido que paradojicamente nunca era el mismo, todo estaba sujeto a lo que ahora se llama "Los Atractores Extraños". La Caja Agraria (Ahora banco agrario) nos prestaba la platica para arrancar, todo a un módico interés y debíamos pagarlo con la cosecha, es decir, hipotecábamos la cosecha aun sin haber sembrado la primera semilla. Con la plática en la cuenta ya podíamos iniciar el proceso. Lo primero era preparar la tierra, podía suceder que la tierra ya fuera vieja, es decir, ya se había sembrado y cosechado en ella, o cabía la posibilidad que la tierra fuera nueva y si civilizar, en este caso se procedía a civilizarla, es decir, a hacerla apta para la siembra. Este proceso era dispendioso, duro y costoso, dependiendo de que tan amontado estuviera el terreno. Hombres a machete cercenaban las ramas combatiendo con una maraña de espinas,

Yo no olvido al año viejo....

Una de las cosas que mi padre me pidió y no le pude cumplir fue conseguirle esta canción, desde 1978 recuerdo ese hecho cada fin de año. Antes era muy difícil conseguir música vieja, ahora con Internet y el Ares, la cosa es mas fácil y hace unos años conseguí la bendita canción. Alguien me dijo que ya los años no dejan chivas ni una burra negras ni una yegua blanca, aunque el año 1989 me dejo una buena suegra. El año 1978 se llevó a mi padre, treinta años después, el año horrible de 2008, se llevó a mi hermano Gabriel y también a mi madre Susana. El año 2009 comenzó mal, se llevó a mi mejor amigo: Rafael Ortiz y gracias a Dios, hasta ahí llegó No digo que el año 2008 tuvo sus cosas buenas, pero dos eventos malos opacaron a los demás, tanto malos como buenos. El 2009, también trajo sus cosas buenas pero, carajo, fueron ganchos al corazón, heridas que difícilmente sanaran y cuando sanen, si algun día me hacen un electrocardiograma, se verán las cicatrices que mi corazón exhibe.

Dias de Diciembre, Los más fugaces del año

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En diciembre el mundo enloquece, y esto no es nuevo, desde que tengo uso de razón estoy observando lo mismo: hay que estrenar, hay que parrandear, hay que viajar, hay que tirar la casa por la ventana, compre ahora y pague la primera cuota en enero, ahí veremos como se hace. Mas que el nacimiento del mesías es la temporada de compras, alzas en todo y es también la sempiterna discusión anual del salario mínimo. Es la época de los abrazos, de las nostalgias, de los recuerdos, de los brindis por los que están y por lo que no están. En mi casa, en mi infancia, también se corría por la compra de los juguetes, por la compra de la ropa, por estrenar el 24 y si se podía estrenar también el 31. Las mujeres, mas exigentes, invadían los almacenes de telas y a veces no salía de allí en todo el día y cuando salían cargadas de telas de todas clases, la carrera era hacia la modista a la cual le habían pedido turno desde el mes de septiembre u octubre. Era el mes más agotador y más cansón, sobre todo

Diciembre llegó. Con su ventolera, mujeres

"Diciembre llegó con su ventolera, mujeres y la brisa está que llena al mundo de placeres". Si, ya la Navidad se derramó sobre mi calle, las terrazas y fachadas se iluminan, el mundo se alborota y algunos se enloquecen. Una canción de los Hermanos López dice que los "Días de diciembre son los más fugaces de todos los meses de año", cuando te das cuenta se han ido y "llega enero con su cruel verano". Por todas partes se ve la agonía de la gente por dejar atrás el pasado y renovarse adquiriendo fuerzas para el año nuevo que se avecina. Se pintan las rejas, se enguirnaldan hasta los postes de las luz, se iluminan los parques y reviven los viejos éxitos musicales de Ricardo Ray, Lizandro Meza y la Sonora Matancera. A Buitrago lo levantan de su tumba para que los acompañe con su guitarra y a Alberto Fernández para que nos cante la Víspera de Año Nuevo.  diciembre es un mes de esquizofrenia, de consumismo, de viajes en todas direcciones, de alegrías y de llantos

Los Abuelos. tronco de nota....

La verdad es que  yo no tuve abuelos que me patrocinaran sinvergüenzuras, quizás por la marcación estricta que mi mamá mantenía con respecto a la familia o quizás, también, por que no fuimos melosos con los viejos. También pudo deberse a que se sentía cierta preferencia en los nietos, por aquello de la legitimidad y la naturalidad con las que dividían a los hijos y sus descendencias dependiendo si eran hijos dentro o fuera del matrimonio, sin importar si el abuelo se casó con la última mujer que tuvo. A mi abuelo materno, Zenón Hernández, lo conocí ya siendo él muy viejo, acostado en una cama, sufriendo la perdida de una pierna que le amputaron y con la cual le cercenaron también la vida, pues abogado activo y trabajador, para él fue una condena verse discapacitado. No recuerdo su cara, lo vi una sola vez en Barranquilla en una habitación en penumbras cuando por su voluntad quiso conocernos. A mi abuela materna, Carmen López, fue la que mas conocí pues era la mas cercana y por ser

38 largo, el metemiedo

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Mi mamá, Susana, era de El Carmen de Bolívar, y fue una de las personas mas fuertes que he conocido, de carácter franco y espontaneo, decía las verdades en la cara a cualquiera, sin respetar rangos ni estratos y culpaba de todo lo malo que pasaba al gobernador y a su madre (la madre del gobernador). En la infancia era la única figura de autoridad que estaba en mi casa, pues mi padre trabajaba en la Mojana sucreña y a veces venia a vernos dos veces al año, así que mi mama se tenia que dar combate con nosotros. Para esta misión de educarnos contaba con un cáñamo doblado en dos y forrado con cinta plástica al que que nosotros le teníamos un terror grande, ella lo llamaba Mati Moreno: el que saca lo malo y mete lo bueno, para nosotros era un zurriago para azotar caballos. Este zurriago fue sepultado por mi en el hoyo del inodoro, nadie lo supo, pero allí acabo sus días, hasta pena me daba ver a mi mama buscándolo por toda la casa, pero ni modos. Mi madre era la que peleaba: peleaba linde

La Alegria de leer: Mi cartilla de primaria

Yo, como es sabido por muchos, bueno los que leen mi blog, aprendí a leer bien tarde, se creía que no lo lograría jamas, pero ya lo ven: aprendí a leer y esto se convirtió en uno de mis principales hábitos.  Empece leyendo las caricaturas de El Espectador los domingos, día en que mi papá llevaba este periódico a la casa, más tarde, muy fanático de los paquitos, en esto me ayudo mi hermano toño que me llevaba a Magangué a leerlos cuando en mi pueblo no los vendían. Mi prima la comerciante, la de los televisores de Maicao, era en esa entonces, no se ahora, una empresaria emprendedora, un día cualquiera el camión de la Librería Nacional, un furgón de aluminio que llevaba toda clase de libros y revistas a las partes mas apartadas del país, pasó por la plaza de mi pueblo y como siempre, corrimos detrás de él a ver si daba algunas muestras o propaganda como se estilaba en la época. Pero, la felicidad fue mas grande, su preciosa carga, al menos parte de ella, la estaban bajando en la casa de

Octubre 31, El Aquelarre.

En mi pueblo y en mi infancia nunca supe lo que era un día de brujitas y la razón contundente para esto es que este día no se celebraba en forma alguna. Así que no habían disfraces, no habia niños disfrazados, ni había niños recitando en forma desfigurado el "Trato o Treta" de los gringos castellanizada en Triqui Triqui por su semejanza fonética. Lo que si existió fue el Ángeles Somos del primer día de noviembre, cuando formando hordas acabamos con la despensa de los habitantes del pueblo bajo el canto "Ángeles somos del cielo venimos pidiendo limosna para nosotros mismos", "No me veas no me veas saca el pollo de la batea", "No te rías, no te rías, que mi mochila esta vacía" y no mas, no existían las casas de ají ni las de arroz. En este enlace pueden escuchar la canción de Rufo Garrido Ángeles Somos: http://dl2.musicwebtown.com/njal7/playlists/282771/2925549.mp3 Esto de los disfraces en un pueblo con antecedentes peligrosos era aun mas pel

Buenos conversadores, especie en vias de extincion

Los buenos conversadores son cada vez mas escasos en este mundo donde la gente se aisla en la individualidad de esfera que le brindan un par de audifonos. En una burbuja creada por el sonido que los aleja de el exterior, caminan como sonambulos y cabecean como si la modorra mas tenaz los atacara. Conozco dos buenos conversadores que sin monopolizar la palabra en monologos hacen que el paso del tiempo nos ignore y cuando nos damos cuenta hay que cortar para volver a la realidad dejando obligados las anecdotas, los chascarrillos, los recuerdos y ese viaje al pasado que casi simepre iniciamos y no terminamos. Gracias le doy a mi Dios por permitirme asomarme de vez en cuando a la mente de estos dos personajes que le sacan a la historia la porcion de humor que lleva consigo. Saludos desde mi humilde blog al señor Royett y a Maria Alejandra, amiga de Josefina desde el siglo pasado. Ambos me han hecho reir y ambos me han remontado a esos recuerdos que nos hicieron la vida mas feliz y no n

Imagenes de una bascula romana

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Agrego aqui las imagenes de una bascula romana para aquellos que jamas conocieron una. Me sorprende que las esten ofreciendo por internet como antiguedades. Igual a esta era la que usabamos para pesar el algodon. Se llamaba romana pues el diseño fue hecho por los romanos en la antiguedad. El porro medidor es ese cilindrico que se se ve con un tornillo para asegurar que no se mueva ese tornillo es el que yo pase por alto

Escuelitas, Mis segundas letras....

En el Colegio Departamental de Bachillerato San Pedro Claver, hice el primero y segundo de bachillerato, este estaba mas lejos aun, a la salida del pueblo hacia Magangué, fue algo parecido a la primaria, a lo mejor por la transición, poco recuerdo de estos dias, alli si se reunió la familia y el gordo debio aceptar estudiar en el mismo colegio que yo, el llegó hasta cuarto allí, entre otras cosas por que el colegio no tenia aprobado el quinto y el sexto pues de laboratorios nada. Asi que les hicieron un grado en cuarto, estaba la juventud pesada de la epoca y recuerdo que ese dia el gordo hizo una fiesta en la casa, como las que el gustaba hacer, con mucha gente y mucha bulla. En el año 74 mi papa decide que el ambiente del pueblo no es el propicio par nosotros y teniendo en cuenta las alternativas que se presentaban, decidió mudarnos para Sincelejo. Para mi eso fue un golpe tremendo, mis amigos y mis amigas estaban en el pueblo, era como desarraigarme, pero lo tuve que hacer. Me olv

Escuelitas, Mis primeras letras, las menos dolorosas

A mi lo que me gustaba era irme a la finca con mi papa, era la libertad del campo la que me apasionaba y no la carcel de un salon de clases. Por eso invente la jornada continua. Mi primera escuelita y donde creo no demore mucho, era en la sala de una señora que decia llamarse Escolastica Dorias, su fisonomia casi no la recuerdo, pero la adivino gruesa y morena, era la escuela de banquito, cada uno tenia que llevar el suyo y cada uno al final de la jornada en la tenia que lelvarse el banquito para la casa. La jornada era de 8 a  12 y de 2 a 4. El que se portaba mal lo dejaban sin almuerzo y de largo, sin la posibilidad de salir a las 12.  El gordo le decia a esta escuela "Escuelita Palito de Abeto" pues en la puerta estaba sembrado un palo de abeto que sombreaba la casa cuando el sol, por las tardes, le daba de frente.  Son pocas cosas las que recuerdo de esta escuelita, solo se que no me gustaba, ahi estudiabamos todos los de la familia. De esta escuelita brinque a donde

Tempestades, y otros fenomenos

"Respeten a la ira de Dios" - así nos regañaba la abuela cuando en medio de la tempestad con truenos y centellas no dejábamos el desorden o nos peleábamos, mas comunmente esto ultimo. Apenas iniciada la función de relámpagos y truenos, mi mama tapaba los espejos y prohibía andar a pies descalzos. Y si era de noche, prendía la lampara y buscaba los fósforos y las velas. En medio de la tempestad debíamos permanecer en un solo sitio callados y quietos y si era de noche, todos nos despertábamos y en veloz carrera nos cambiábamos a las camas de madera que según no transmitían la electricidad.  Mas por desorden que por miedo. En mi casa siempre hubo pensionados, costumbre que se acabo al mudarse mi mama a Cartagena, todos llegaban con su maleta, su cama de spring - de esas que se cierran con todo y colchon - su juego de sabanas, cartones para meter entre el colchón y la malla de alambre de la cama, colchón cuatro golpes, (se llamaban asi pues se le daban cuatro golpes, se ponía

Cumpleaños. Costumbres y tradiciones

En mi casa el dia del cumpleaños podiamos hacer casi que cualquier cosa con la seguridad de ser perdonados o los demas se hacian de la vista gorda. El cumplimentado tambien se volvía un poco mas tolerante y soportaba estoicamente las bromas de los que de hacian un esfuerzo por ser los mas originales en el momento de la felicitación. No teniamos en la sabana ni hemos adquirido aqui la costumbre grotesca de romper huevos en la cabeza del homenajeado, ni invitamos a Pedro Infante a las reuniones para celebrar los cumpleaños con rancheras mexicanas pero si lo despertabamos con pringos de agua en la cara o demasiadas cosquillas u otras cosas inocentes que ahora se me olvidan. El pudin lo hacia y decoraba la abuela, grandes de tres pisos montados en una base especialmente para eso, rebozantes de azucar cuatro equis y animalitos de pastillaje. Luego se hicieron moldes con figura de libros, conejos, guitarras, casi que cualquier figura, hasta un reclinatorio para las primeras comuniones. 

La T.V., el impacto de la imagen

No se cuando vi por primera vez la television, pero fue algo profundamente impactante. En mi pueblo eran muy pocos los televisores, eran grandes aparatos en blanco y negro y con tubos electronicos que encendian desesperadamente. En mi pueblo, tenian televisor mi abuelo, Manuel Arrieta Carmona, El doctor Caycedo, mi vecino, El doctro Mogollon, vecino de enfrente de la cola del patio, Andres Manuel Gamarra y la niña Abbe, Albertina de Teheran. La gente del pueblo enloquecio con las imagenes, indudablemente que era mejor ver a Lupita Ferrer en Simplemente Maria, a oir la descripcion aproximada de su belleza por la radio. La television fue aliento para algunos y decepcion para otros. Para mi, acostumbrado a la radio, vi como muchas cosas se perdieron por no saber dar el paso del sonido a la imagen. Entre ellos Heverth Castro, pues no hubo manera de pasar a los personajes prodigiosos que solo existian en su garganta a una imagen de television donde sus presentaciones consistian en pararse

La Radio. Fiel en mi adolescencia.

Podría decirse que crecí al lado de un aparato de radio, ya adolescente, con todo y las cosas de esta edad, aun había espacio para el radio. Gracias a Dios el bachillerato fue en una sola jornada, en la mañana, asi que cuando llegaba a almorzar buscaba mi radio para no perderme el Show de Everth Castro, El Coloso del Humorismo, el hombre de las mil voces y muchos personajes creados por él mismo, y expresamente para la radio, la television lo mato artisticamente. Recuerdo de Everth Castro al pobre peraloca. "se le dijo, se le advirtio, se le recomendo", y a "Garganta como la mia y pensar que estoy a punto de quedarme afonico por culpa de mi mujer" cada uno con una voz distinta y con chistes sencillos sin un doble sentido tan acentuado, por ejemplo, "Tenia una tía que tomaba mucho cafe y se puso cafetona, tenia otra que tomaba mucha leche y se puso lechona y tenia otra que tomaba mucho te y se puso nerviosa" eso, en esa epoca, treinta años atras, generaba ca

La Radio. Vieja Compañera de mi infancia.

En un pueblo donde la luz eléctrica era por ratos y donde solo existían tres televisores en todo el pueblo, lo mas asequible y maravilloso para nosotros fue la radio. Un radio, como decía el comercial, “un radio informa, instruye, entretiene, por eso donde usted vaya, tenga un radio” . El primer radio que hubo en mi casa era Philips, era el amplificador de un tocadiscos que con el formaba pareja, fue comprado donde Guillermo Sermeño, en el Carmen de Bolívar, población que era el centro del comercio de la región pues era paso obligado hacia al rio, por Zambrano, y era el Magdalena la via por donde entraba el progreso y por donde salían nuestros productos hacia infinidad de destinos. Por eso en el Carmen convergían toda clase de personas y por eso los almacenes con las novedades estaban en el Carmen. Allí compró mi papa ese radio Philips, y era el único que sabia usarlo y el único con derecho a cambiar la emisora, que no eran muchas, en San Pedro, captábamos la señal de Ondas del Rio

14 de Septiembre (Cuando los abuelos peregrinaban)

Todo comenzaba el día anterior, el 13, los preparativos eran extenuantes, mientras la mujeres se hacían cargo de la comida, los hombres, ponían a punto los vehículos y decidían cual ruta sería la mejor ruta a tomar y a que horas seria la partida. Sabían de antemano que el salir de ultimo significaba un baño con la polvareda del camino. Quien iba en punta, pugnaba por no dejársela quitar, y no se hacían concesiones. La ruta tomada era la misma de los años anteriores. Por el camino de los micos llegar a Sincé, luego a Betulia y girar a la izquierda buscando la población de Varsovia. No eran carreteras, eran trochas que a duras penas permitían el paso de dos vehículos a la vez, eran caminos de tierra, que envolvían a los carros y sus ocupantes en una neblina de polvo rojo, amonado, esto unido a la oscuridad de la madrugada hacia ver a nuestra caravana como una caravana fantasma. No logro precisar si cuantos carros eran, solo se que a nosotros siempre nos tocó siempre en el bus de T

De Espantos

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A las seis de la tarde terminaba la jornada del día, a esa hora cada cual se bañaba como y donde podía y la cita era en el mesón donde se servían las comidas, este era un mesón rectangular, mucho mas largo que ancho, y a cada lado dos bancas del mismo largo del mesón, se alumbraba con dos o tres mechones de acépeme, combustible abundante por ser el utilizado para la maquinaria agrícola. En la tabla del mesón se dibujaban a cuchillo los Triques, juego que consistía en poner tres granos de maíz, (o cualquiera que sirviera) en línea, cada vez que se hacía una línea se le quitaba una ficha (grano de maíz) al contendor, el que primero se quedara sin fichas, ganaba la partida. Se jugaba a satisfacciones, es decir, no se apostaba, las apuestas estaban prohibidas por ser generadoras de pleitos. Se hacían campeonatos, tantos que a veces ya no queríamos saber nada del dichoso juego. He aquí, que los mas viejos iniciaban la conversación, en una oscuridad que la llama del mechón no podía comba