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Mostrando entradas de enero, 2010

Volvió el olor a lapiz y borrador

Viejos aromas de primaria. Otra vez se llena mi calle de estudiantes, otra vez se siente el olor a lápiz y borrador que los caracteriza desde los inicios de la primaria. Meter la nariz en un bolso de uno de estos pelaos es recordar el viejo olor a escuela y a aquella época en la cual el desaliño al vestir el uniforme era castigado con uno de esos castigos tradicionales que los profesores se ingeniaban además de los reglasos respectivos en la palma de la mano. Uno de los castigos era estar media hora debajo del inclemente sol con los brazos en cruz y las palmas de la mano mirando hacia arriba, en cada mano el profesor colocaba un libro grueso y se nos ordenaba no dejarlos caer so pena de duplicar el castigo, esto el la puerta del colegio, sometido al escarnio publico. Otro castigo era arrodillarse sobre granos de maíz sosteniendo los libros en la cabeza, estos granitos se incrustaban en la rodilla y al retirarlos nos dejaban el bajo relieve que nos recordaba el suplicio por un tie

Tierra nueva, Cielo nuevo

La promesa del año 2010 Ya arrancó el 2010, ya nos acostumbramos a la nueva fecha después de dañar unos cuantos cheques. También comenzó el verano en firme y pasaron ya las cabañuelas. "Digamos un requiescat por el año 2009 que pasó a formar entre los muertos y brindemos por el 2010, por que nos traiga ensueños, para que no sea su equipaje un cúmulo de amargos desconsuelos". Tierra nueva y cielo nuevos nos han sido prometidos. Ya ha transcurrido la primera década del siglo 21, son muchas las nuevas cosas y muchas las que ya no veremos mas,al menos los que vivimos en la ciudad, entre estas últimas recuerdo algunas: Ajogavieja: Este era un producto hecho, si mal no recuerdo, de millo, el mismo que utilizan para las Alegrías con coco y anís. Su presentación final era un carruso de papel lleno de un polvo que debíamos dejar caer dentro de nuestra garganta y este polvo al humedecerse con la saliva formaba una pasta que si el sujeto no era ágil se ahogaba al taponarsele la

Qué como fue, Señora...

Como son las cosas cuando son del alma.... En una de estas reuniones realizadas en la sede de las reuniones, mi hermano se reía al recordar que cuando me tocaba lavar mi ropa un murmullo salía de mi boca como una oración: "Este año me caso...". La verdad es que la decisión de casarse nunca es conscientemente tomada, es más una decisión del corazón que barrunta la llegada de la persona que nos acompañará hasta que la muerte nos separe. Un día amaneces con las ganas de casarte, lo dices, encuentras eco y ya está. Yo conocí a Josefina en un balcón del Iafic donde esperábamos el turno para ser entrevistados, me llamó la atención no tanto su cara o su cuerpo o algún atributo físico, lo que captó esa atención fue el hecho de estar sola, parada en un balcón pensativa, pensando tal vez en las cosas que se dejan cuando se sale de su tierra. Había muchas más mujeres, no se si más bonitas o no, pero la única que estaba sola era ella, vestida con una blusa roja y un yin, con un pie mon