La Radio. Vieja Compañera de mi infancia.

En un pueblo donde la luz eléctrica era por ratos y donde solo existían tres televisores en todo el pueblo, lo mas asequible y maravilloso para nosotros fue la radio. Un radio, como decía el comercial, “un radio informa, instruye, entretiene, por eso donde usted vaya, tenga un radio” .

El primer radio que hubo en mi casa era Philips, era el amplificador de un tocadiscos que con el formaba pareja, fue comprado donde Guillermo Sermeño, en el Carmen de Bolívar, población que era el centro del comercio de la región pues era paso obligado hacia al rio, por Zambrano, y era el Magdalena la via por donde entraba el progreso y por donde salían nuestros productos hacia infinidad de destinos. Por eso en el Carmen convergían toda clase de personas y por eso los almacenes con las novedades estaban en el Carmen. Allí compró mi papa ese radio Philips, y era el único que sabia usarlo y el único con derecho a cambiar la emisora, que no eran muchas, en San Pedro, captábamos la señal de Ondas del Rio de Magangue, Radio Magangue, Radio Sutantenza, Radio Sabanas de Sincelejo, Radio Progreso de Cordoba de Monteria al igual que radio Baraji de Sahagun y las mas lejana era Radio Libertad, Canal de oro de Colombia, que emití desde Barranquilla y Emisoras Fuentes, desde Cartagena.

En la mayoría de ellas la programación eran noticieros tres veces al día, música y entre canción y canción, los servicios sociales. Era este el caso de Radio Libertad, donde además trasmitía beisbol Marcos Perez, uno de los mejores locutores que jamás oí y que entre chiste y chiste no informaba como iba el partido. Esta emisora, un día cualquiera emitía un ruido y el oyente tenía que escribir y decir que producía ese ruido y a vuelta de correo, si lo adivinaba, le mandaban un banderín de la emisora y repetían su nombre en directo después de cada canción. Esta emisora tenía los servicios sociales, que eran la única manera de mandar razones a los ausentes. Algo así como: “Se le avisa en la vereda de cacho adentro, municipio de sucre, que Juan pronto esa, favor poner dos bestias de carga y una de silla en la puerta de hierro, con recursos”.

En Radio Progreso de Córdoba escuchaba un programa a las diez de la maña todos los días que se llamaba “Los Barrejobos Complacen”, los Barrejobos eran unos almacenes de misceláneas que arrasaban con los precios altos, esto en analogía de que barrejobo se le llamaba a un ventarrón que de lo fuerte que soplaba tumbaba los Jobos, ceibas fuertes e inmensa muy difíciles de mover.

Entraba yo al colegio a las 8 de la mañana, y salía a las doce, almorzábamos y regresábamos a las dos y dábamos clases hasta las las 4 de la tarde, los sábados de 8 a 12 y los domingos a misa en comunidad de 8 a 9, las misas duraban una hora, si no asistías a misa, al día siguiente debías escribir mil veces “Debo ir a isa todos los domingos”, y no salías a las doce a almorzar y te quedabas en la escuela hasta las cuatro. En la jornada de ocho a doce, a las días nos daban media hora para desayunar y cada uno iba a su casa con este fin, a esa hora, mi madre prendía el radio y ponía a los Barrejobos Complacen, que solo molía rancheras y mas rancheras, y este monotema se trasladaba a mi desayuno que siempre era tajadas amarillas, queso y yuca. Hasta ahora, a mis cincuenta años, aun esa comida me sabe a ranchera y aun las rancheras me saben a plátano amarillo con queso y yuca.

Pero al emisora mas escuchada era Radio Sabanas, de Sincelejo, cuyo director era Nadim Mizerque Anaya, cuyo nombre herede por culpa de mi hermano Gabriel. Esta emisora era de Caracol, “Caracol cubre a Colombia” era el lema, y la programación diaria eran puras novelas cada media hora. Todos éramos noveleros en la familia, desde el más grande al más chico y todos seguíamos las tramas y solo se hablaba de ese tema, especulábamos sobre los finales y quien quedaría con quien y quien moriría. Los desocupados se las escuchaban todas, los que teníamos responsabilidades necesariamente teníamos que escoger alguna, al medio día o por la tarde. Después de 4.

Yo tenía mis preferidas, a las 7 y 30 de la mañana escuchaba a la Escuelita de Doña Rita, que era algo así como la escuelita del chavo, pero sin imágenes. La protagonizaba Teresa Gutiérrez encarnando a Doña Rita. Solo recuerdo a dos de sus alumnos, a Sebelinda Parada, santandereana, y al bobo Calbete. Escuchar este programa de humor era causa diaria de un castigo para mi, pues a la hora que finalizaba yo debería estar ya entrando al salón de clases, pero a esa hora salía de mi casa en veloz carrera, con mis libros al hombro y justo, ya habían comenzado las clases y castigo por llegar tarde. Castigos que eran los precursores de la torturas pues a veces consistían en pararse quince minutos con los brazos en cruz en pleno sol o si el profesor lo determinaba, arrodillado sobre granitos de maíz. Igual sucedía en las jornadas de la tarde cuando “La Castigadora” la trasmitían de una a una y media y fijo que llegaba tarde de nuevo. La Castigadora era una matrona asesina que vivía en un castillo en la Loma del Farallón y la cuidaban dos “Gigantes de Ebano” , a los cuales ella llamaba los angelitos, pero que en realidad se llamaban Macario y Candelario. Siempre recuerdo cuando ella los llamaba: Macario, Candelario!! Y a duo contestaban “Mande la Doña”.

A la salida de la Jornada de la tarde, a las cuatro, salía a aprovechar el lapso de cuatro a cinco y media para hacer las tareas, por dos cosas, para aprovechar la luz que quedaba del día, pues no había luz eléctrica, y para poder oír sin cargo de conciencia a “El León de Francia”, “Arandú” y “El Derecho de Nacer” , “Natacha” y a las ocho “El código del terror”, este ultimo era culpable de mis pesadillas.

Arandú, el príncipe de la selva, era un blanco ingles descrito como de porte atlético cuyo guardaespaldas eran otro “Gigante de Ébano” (léase negro inmenso), que se llamaba Taolamba, este era mandinga o zulú, algo así. Total es que estos dos personajes vivían en la selva africana. Arandú era como Kaliman, transmitía el pensamiento telepáticamente a distancias extraordinarias, su grito de guerra se escuchaba a kilómetros y cargaba consigo un arma fantástica: La pistola desintegradora, fabricada para el por los Sabios del ital Suyu, estos eran como extraterrestres con poderes que le enseñaron a Arandú la telepatía. El enemigo jurado de Arandú era el bandido Toro Verde y además tenía que pelear con los animales más extraños de lo profundo de la selva: El Caitolé, animal que ahora creo se parecía a Trevor y que se alimentaba con sangre, no importa si humana o animal; Bomaco, el hombre araña, que solo comía azúcar.

Estas novelas de Caracol, poblaron nuestras fantasías hasta que llegó la televisión al pueblo, y la gente se cambió a ver a Esmeralda, en blanco y negro, con Lupita Ferrer y otras cuyos nombres se me escapan. Para nosotros los seguidores de Arandú fue una desilusión ver que era encarnado por un hombre gordo, bajito y calvo, llamado Carlos de la Fuente.

En emisoras fuentes escuchábamos a Gaspar Ospina interpretando a kaliman, monje tibetano de extraordinarios poderes mentales y poseedor del Tercer ojo, que le permitía al espíritu dejar el cuerpo y hacer viajes astrales. El enemigo de Kaliman era el Doctor Muerte, con los mismos poderes pero malo y feo además. Los dos desprendían el espíritu del cuerpo y luchaban en astral convirtiéndose en el animal que ellos querían.

La ventaja de estas historias narradas era que cada uno representaba al personaje como su imaginación le dictaba, nos hacía buenos oyentes y nos daba guiones para nuestros juegos infantiles. A muchos les prohibían escuchar estas novelas pues se rumoraba que eran malignas, tal era el caso de mi amigo Orlando Romero y los Hijos de Juan González, Ramón y Janio, que se escapan para mi casa pues yo gozaba de ciertos privilegios por las circunstancias que mi padre Gabriel y mi madre Susana, tenían muy pocas cosas como pecaminosas y no nos prohibían casi nada.

Cuando se acabó la radio, comenzaron las novelas de vaqueros, bolsilibros editados por Bruguera, las cuales cargábamos para todas partes y que además, después de leídas, por un peso nos la cambiaban por otra en el parque. Estos libritos merecen una historia aparte.

Comentarios

  1. Tio, sigo atentamente tus escrituras y no sé si por mi profesión o o por mi inclinación a la radio, ésta me sacudió.
    De verdad que no sólo sentí la voz de Nadin Miserque, sino también el desayuno de Tajadas con queso yuca y bueno... tal vez suero..
    Tio un abrazo y de verdad muchas gracias por esto.

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  2. bueno al final la castigadora de convirtio en buena, cuando se caso con Rodolfo Vidal, Rodolofo era el famoso pirata con las espesas barbas amarillas, y un parche negro en el ojo derecho, tambien existia la bruja del farallon que termino siendo la hermana de Veronica Montiel, la castigadora, era entretenida esta radio novela, y si tenia un castillo en las famosas plyas de Iguerote.

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  3. Con dos años de diferencia, pero con el mismo interés, si acaso lo hubiera leído el primer día. Gracias por los recuerdos.En el eje cafetero, también vivíamos la misma rutina y nos ilusionábamos con las mismas historias.

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  4. Para mi de todas las radionovelas la castigadora fue la mejor, era facinate, el pirata, la bruja del farallon, los angelitos Macario Y candelario, que decian mande la doña, ordene la doña, la bruja tenia una risa terrorifica, su arma era una garrote, recuerdo a misia Carmen, la mama de Regino Garcia, don Facundo era el papa de Rodolfo, la castigadora era la mujer mas hermosa, y temible de Higuerote, ya casi al final, entro en escena el indio Toluja, con su hija Rayito de Luna, y recuerdo al Capitan Moro.

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    1. Recuerdo que la castigadora metían las personas que Iván a hacesinar en un ataúd y lo lanzaban por una ventana del castillo. Y el pirata era siempre el que rescataba el ataúd salvando. A mi me encantaban esas radionovelas y siempre quedaban en suspenso para el día siguiente

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  5. Y porque desilusion si Carlos de la Fuente es un gran actor aunque no sea como se describia a Arandu pero dejen de criticarlo pobre el es el mejor y dejen de estarsen fijando en el aspecto fisico de el

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  6. Arandu y Taolamba no vivian en Africa sino en el Amazonas, y son lo que ahora llamariamos "una pareja del mismo sexo."

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  7. Recuerdan el nombre de pila de la Castigadora?

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  8. En que años se transmitieron estás radionovelas?

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  9. Falta hablar de Cadir el árabe y de Tagor el príncipe hindú

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  10. En Cúcuta se escuchaban las mismas radionovelas con nombres diferentes por lo menos Arandu que recuerde

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  11. Transmitidas por emisoras venezolanas

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  12. Que lindo es volver a recodar nuestra juventud. Gracias por el artículo; muy bien hecho.

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  13. En esta obligada pero necesaria cuarentena, me he dedicado en parte a recordar esos momentos tan hermosos cuando al pie de un radio se reunía la familia para escuchar mensajes, noticias y novelas de grandes valores espirituales, morales y por demás sociales. Las pocas herramientas con que se contaba, unían a las familias. ¡Qué tiempos aquellos! Gran tristeza me da hoy, que paradójicamente, cuando la tecnología ha avanzado, la integración familiar ha disminuido notablemente. Hoy, en cada habitación hay un televisor y cada miembro de la familia posee un celular, se perdió la integración familiar y el sentido de la humanidad. Ya no somos temerosos, solo nos anima el deseo fantasioso del tener dejando de lado la importancia del ser o la de el servicio a los demás. No sé, si retroceder en el tiempo o anclarme en el convulsionado presente, en espera de un futuro incierto.
    Comparto desde mis lejanos pero diáfanos recuerdos estas anecdóticas historias que nos parecían ficción, y que con el trasegar del tiempo, algunas se han convertido o mejor, las hemos convertido en una realidad, y que muchas veces han cabalgado con nosotros en el carruaje de la vida. Muchas, pero muchas gracias por sintonizarme con lo agradable de un pasado, que hoy el presente anhela y el futuro espera.

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    1. Me conmovió mucho tu prosa. Me llegó al alma. Que forma tan magistral de narrar y plasmar esos momentos de infancia, y recuerdos inolvidables. Gracias.

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  14. Que lástima que no hables de la trama de la castigadora. A mí me fascinaba pero era muy pequeña y no recuerdo muy bien la trama. Se que había un coprotagonista que se llamaba Rodolfo, y me parece que el se enamora de la castigadora. Nunca olvídate como todos los hermanos nos sentábamos alrededor de la cama con nuestros padres y escuchábamos las radionovelas. Es un recuerdo tan bello que lo atesoro en mí mente siempre. Y lamento tanto que los chicos de hoy en día no sepan lo mágico que resultaba aquello.

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    1. Si al final Rodolfo Vidal, se casa con la castigadora, Veronica Montiel, Rodolfo Vidal era quien se disfrazaba de Pirata, y tienen un hijo a quien penen rl nombre de Rodolfo

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  15. hola, jaja lo leí y me dio gracia eso de los castigos que sufrías en la escuela. las radionovelas son geniales, yo a veces los escucho, tengo un disco duro donde hay unas cuantas de arandú, y del hombre araña que come azúcar, que anda con 3 brazos es re dibertido. creo que se llamaba el valle del espanto. kaliman, porfirio cadena también lo escuché en toda la cuarentena. saludos desde bolivia

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