Buenavista - Sucre

Buenavista sigue siendo un pueblo aunque se disfrace de ciudad, con la mayoría de sus calles pavimentadas ya los habitantes aprendieron a no caminar por la mitad de la calle para escapar de las motos que como abejas han invadido a la población.

Motos, carros y bicicletas en ordenado desorden sin saber lo que es una via contraria o una via preferencial, todos sabes que de cualquier lugar sale una moto que se tire el paseo.

Las mesas de frito han sido reemplazadas por los expendios de pizza que llegaron persiguiendo a los que un dia salieron a estudiar, bandas de jovenes recorren sus calles con la misma musica de cualquier barrio cartagenero y los mismos gritos.

Sin embargo, a pesar de todo, aun se siente la paz del medio dia en la hora de la modorra cuando el pueblo literalmente se muere para resucitar a las cinco de la tarde. Metido en una comoda hamaca, guindada en una fresca sala con techo de palma, las horas del mediodia dejan escuchar el sonido del silencio.


 Calles solitarias que no impiden que alguien te vea y se interese por lo que eres o haces, como no conectados en cualquier ventana en este pueblo donde el facebook es en vivo.

alli descanse y me olvide de muchas cosas, el retorno a la ciudad me dio cierta nostalgia de esa vida simple pero eficiente que se lleva con un tiempo que parece transitar mas despacio, en otra dimension mas lenta y muy distante de  la vida de la ciudad.

Me vine con la promesa de volver a visitar a la abuelita Tere, que se porto muy bien conmigo.

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