La Power

La Power era una camioneta que mi abuelo tenia y que mi papá manejaba, era verde y hacia un sonido especial al andar que me fascinaba, para mi era la fuerza en todo su esplendor. Era muy lenta, y calurosa, pero me gustaba andar en ella, ahi, sentado al lado de mi papá en todo el frente de la barra de los cambios. Recuerdo que en epoca de escases de pastos, se transportaba en ella cepa de platano para mitigar el hambre del ganado y en epocas de cosecha, los frutos de tanto trabajo en la agricultura. En invierno su potencia se veia reforzada por cadenas en las llantas para que su agarre en el barro fuera mayor en esas geografia escarpadas de Sucre y Bolívar. Canutal, Canutalito, La Cansona, Rovira, Ovejas, Guaimaral,  pueblos de la región que vieron pasar a la vieja Power con toda clase de cargas y sobre todo de tabaco para Ovejas, tabaco que se embarcaba  por el puerto de Zambrano hacia los Estados Unidos. 
Por qué me gustaba a mi andar en esa carro caliente, no lo se, ni tengo a quien preguntarlo, quizás lo bello del campo, o mi mente fantasiosa sumergida en alguna aventura de mi imaginación. O probablemente la compañía de mi Padre, asi con mayuscula, recio, quemado por el sol, con su cabeza calva resguardada por un sombreo indiano que  llevaba impregnado su olor, con un clavo en la sala para colgarlo cuando llegaba y que yo arbitrariamente usaba para reunir mi ganado de totumo en mi caballito de matarraton. Cuando mi padre murió conservé su sombrero, luego, cuando ya su caracteristico olor había escapado de su interior, lo olvidé en algún sitio, ya no tenía su esencia.
Mi padre no era muy alto, pero era grande al volante de la vieja Power y grande en el cariño a sus hijos y grande de corazón para darle una mano a quien  más lo necesitaba... Gracias Padre... Gracias Vieja Power por alimentar mis fantasias...

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