Gente del pueblo...

De las cosas que recuerdo de mi infancia en el pueblo son ciertos personajes que lo habitan y que cumplían una labor que nadie más cumplía en la población, algunos los recuerdo con nombre y todo a otros solo lo que representaban, algunos se escaparan pues la memoria me falla en cosas que viví pero no grabé para la posteridad. 

Mariano el peluquero: Solía llevarme mi padre a motilar a donde este personaje que atendía en el barrio El Tusal, hoy San Roque, en su casa, con una silla altisima y con un aparato  arcaico ahora pero moderno para la epoca y al cual nosotros llamamos La Mecánica,  ancestro manual de la maquina eléctrica que conocemos ahora. Estaba Mecánica, nos llenaba de terror pues con sus dientes que se movían de un lado al otro a veces nos pellizcaba un poco el cuero y el dolor era insoportable. La última vez que vi a Mariano, trabajaba su peluquería en el parque principal al amparo de la sombra de una frondosa e inmensa ceiba.


Tiotista: Desde la puerta de mi casa sacaba mi cuello largo para mirar hacia la plaza y adivinar mas que ver la lucecita prendida del fogón de Tiotista, la fritanguera que noche tras noche vendía sus sabrosos manjares en la plaza principal del pueblo, allí mi papa y yo nos llegábamos después de la cena, (que la servían a las 4 de la tarde), a eso de las siete a comer caramañolas, empanadas, chorizos y demás especies gastronómicas populares que se podían vender en una mesa de fritos, en esa época todo era natural, no se vendía nada que no fuera fabricado por la misma Tiotista.

Señora Albania: residenciada en la calle de la Cruz, lejos de mi casa, era la única persona del pueblo que sabía algo de marquetería y en donde se enmarcaban desde estampas de santos, diplomas y todo lo relacionado con la profesión. Eramos nosotros sus clientes, bastante cuadro que me toco llevar con el temor de romperlos y buenas tundas que me lleve cuando los dejaba caer.

Amalita: No he probado bolitas de leche mas sabrosas que las de Amalita, eran simplemente deliciosas,  nadie heredó la receta, hay otras en la actualidad, pero ninguna como las que ella preparaba y amasaba con sus propias manos.

Funnieles: Este artesano era el encargado de  remendar las ollas y calderos que el uso agujereaba, con soldadura de estaño y a veces con metales atornillados los dejaba como nuevos. Era también fabricantes de toda clases de utensilios para medir leche, aceite al detal, medidores de petroleo y los famosos jarros con puyas en los bordes para sacar el agua de la tinajeras sin que nadie se pegara a beber directamente del jarro. En la época en la iperaba la moda en las señoras del pueblo de aprender a hornear pudines, este señor Funnieles era el encargado de materializar los mas estramboticos  moldes para hornear, desde guitarras para los cumpleaños, libros abiertos para las primeras comuniones hasta carros y aviones para las fiestas infantiles.

Ramiro Paredes: El fotografo del pueblo, con sus grandes maquinas y grandes mochilas para cargar los inmensos bombillos de los flashes, era el invitado seguro de todos los eventos sociales, desde quinceañeros a bautizos, primeras comuniones, matrimonios, sepelios, cumpleaños. Ramiro Paredes plasmó la vida del pueblo sin notarlo en fotografías en blanco y negro, el color no se conocía. 

Arias: el carpintero, todo lo relacionado con madera, pupitres, mesas, mesones, cajones para muertos, puertas, ventanas, el único en el pueblo, ninguno de sus hijos heredó la profesión.
Quinchia: Dueño de la flota de carros de mula mas grande del pueblo, empresario del monopolio de las mudanzas y trasteos del barrios y de borrachos en época de fiestas. Llevaba el negocio con profesionalismo, sus caballos tenían dos tapas de cuero en cada lado de los ojos pra que no miraran si no hacia el frente, esto lo tradujo el pueblo en el dicho "Estas ni el caballo de Quinchía que no mira si no palante". 
Rafaelito Guerra: EL borracho del pueblo, el erudito de hablar fino, músico y poeta: a el se el atribuye aquello de : "Oye rustico, en cuanto cotizas esa carga de combustible seco que gravita oscilante sobre el lomo gibal  de tu cuadrupedo" por decir Oye corroncho en cuanto vendes qla carga de leña que llevas en el burro. EN una ocasión que lo invitaron a comer le brindaron chicharron, los cuales el rechazó  diciendo "No me gusta la epidermis del marrano cuando ostenta pequeños foliculos de origen capilar" , refiriendose al chicharron pelu.

La señora Pascuala: Planchadora y lavandera a domicilio, limpiaba la suciedad de la sociedad del pueblo en bateas de palo. Lavaba con una calilla en la boca y cantando. 

Caycedo: El medico del pueblo, alternaba la medicina con el diseño de altares en tiempos de fiestas y tenia gran habilidad para dibujar, muchas veces ayudo a mi mamá a dibujar los moldes de los bordados y a decorar ponques, gran persona y buen medico.

Pepe Mendoza: El poeta del pueblo, logro publicar sus Filigranas Poéticos del cual debo tener una copia por ahí refundida. 

La seño Lilia: Creo que era enfermera, para mi era la representación viva del terror pues cada vez que iba a mi casa era a inyectar a alguien, nunca olvidaré sus inyectores de metal (antes no eran deschables) que esterilizaba hirviendolos en un mechero improvisado con la misma caja de los inyectores y utilizando alcohol como combustible, las agujas eran inmensas, no las delgadas de ahora, la tecnología aun no reducía el diámetro de la aguja. Aun guardo rencor a todas las personas  que en alguna ocasión me agarraron para que ella pudiera realizar su labor.
El Doctor Torres:  Quimico farmaceuta del pueblo, importante pues era el inventor del Jarabe Compuesto que Caycedo manda para la gripa y hábil para preparar formulas magistrales. 

Fulgencio: El dueño de la farmacia mas grande del pueblo, quedaba en una esquina diagonal a al tienda de Lilia Castilla, lo que el Doctor Torres no preparaba, Fulgencio lo vendía. Recuerdo que los estantes eran tan altos que el utilizaba una escalera como las de bibliotecas, el olor a remedio se sentía a dos cuadras.

Pabla Nuñez: Mujer morena, la recuerdo grande y maciza, su labor en el pueblo era la importante, por cinco centavos nos enseñaba las lides del amor, en esta época iría presa por abuso sexual en menores. Para mi que nos estafaba.
Julian Morales: Dueño de una cantina, recuerdo que su atracción principal era un traganiquel, donde por diez centavos, cantidad que por lo ínfima no cabe en los cerebros de los jovenes de ahora, nos escuchábamos una canción, que mas por al musica era por ver como "se ponia solo el disco". De esa época recuerdo a Sonia de julio Jaramillo, canción triste que habla de un crimen pasional que aun se escucha por ahí

Señor Santa: Dueño de la única tienda del pueblo que no tenia nevera y donde nosotros ibamos precisos a preguntar por hielo,  o a robarle las bolitas de tamarindo que vendía. Su tienda se llamaba El Danubio Azul.
Cesar Perez: Habil en la inyectologia, cuando la seño Lilia no podía o no estaba, buscaban a Cesar Perez para las inyecciones, sus hijos , Everth y Elvis fueron mis grandes amigos de la infancia. Tenía una caracteristica, siempre usaba una gorra, por eso en el pueblo le decía "La gorra no se me cae" y el se encolerizaba.  Tenía una hija llamada Helen, para mi era la mujer mas bella del pueblo, aun en mi edad de menor de catorce me paraba en la puerta a verla pasar, fue uno de mis primeros amores platónicos e imposibles, pues Helen me debia llevar al menos ocho años de edad.
Carlos Steer: Odontologo dentista del pueblo, todo el que iba a su consultoria lo miraba con la boca abierta. Habil artesano de puentes, chapas, coronas, sacamuelas y demás.

Chapa de Cuero, Pello Aji: Locos del pueblo, victimas de nuestras bromas, bastante que nos hicieron correr, un día le grite Chapaecuero!! y a salir corriendo resbalé y caí delate de él, casi me mata con un palo de escoba que traía, no se quien me salvó esa vez, alguien lo atezó desde atras por un bolso que cargaba y lo hizo errar el palo que era certero a mi cabeza. 

La Profesora Escolastica Doria, La señó Escolita: Dueña de un colegito que funcionaba en la sala de su casa, alli aprendimos las primeras letras, era la famosa escuela de baquito pues todos los dias de Dios teníamos que llevar el banquito para sentarnos y traerlos de vuelta a clases, dos veces al día, (al final del curso ritualmente lo partíamos) a veces sin almuerzo por castigo a alguna pilatuna que le hacíamos, como la de meternos en su cocina en algún descuido de ella y comernos la yuca del almuerzo. El gordo llamaba a este colegito: Escuelita Palito de abeto

Daniel Carracal: Acordeonero del pueblo, su hija, Velisa, tenía un colegio que funcionaba en su propia casa, dabamos clases de lunes a viernes de 8 a 12 y de 2 a 4, cuando saliamosd e la escuela de banquito de la seño Escolita, entrabamos a reforzarnos con la seño Velisa, los viernes en la tarde no había clases, el conjunto ensayaba para los toques del fin de semana.  Daniel Carrascal también vendía raspao de dos colores, amarillo y rojo, a los alumnos, por veinte centavos y quince centavos de un solo color.

El turco Villarreal: a este personaje yo le tenía terror, miedo fisico, y tenia que pasar por frente de su casa para ir al colegio de Velisa Carrascal. Este señor, su tema era pararse en frente de su casa y gritar "De quien es esta casa? y el mismo con voz retumbante se contestaba "Del Turco Villarreal"

Rafael el fresquero: Manejaba una refresqueria en el parque, alli vendia toda clases de jugos naturales. Primero eran los famosos batidos que a falta de energía se mezclaban en una especie de coctelera que el llamaba Watusi. Después la tecnología le trajo una licuadora de manivela y luego una licuadora electrica que licuaba hasta el hielo.

Vivía también en mi pueblo un personaje que ahora se escapa su nombre, era el de los helados, preparados artesanalmente  por el mismo con hielo y sal, eran deliciosos, mi mamá me decía que los preparaban con cagajon de burro para que le dejara de dar lata de que me comprara uno.

En mi pueblo existieron muchos mas personajes que ahora se escapan, pero estoy seguro que todo aquel que lea esto alimentara esta lista con nuevos nombres y anécdotas. Todos esos personajes hicieron parte de mi infancia y los recuerdo con cariño y de alguna manera u otra intervinieron en mi educación y formación como persona en una época en la cual la calle también educaba.
Esto es con el animo de conservar las cosas para las nuevas generaciones, alguno primo, sobrino o nieto sonreirá con esto algún dia.
Familia: Los quiero a todos....



Comentarios

  1. El Señor de los helados de Dos colores se llamaba o le decían "Machin", Recuerdo tambien a Nicolas, el señor que vendía los limones y que movía las manos constantemente de forma muy graciosa, luego supe que a eso lo llamaban mal de Parkinson, Recuerdo a la Niña Helena Bravo, que era la dueña de una tienda frente a la iglesia, alla vendían unas bolitas de leche buenisimas,ella le hacia honor a su apellido porque pasaba Brava, o por lo menos asi me parecía a mi, El turco Asia y Cesar Pérez, que tenian una tienda al lado de la casa, el Señor Santiago Cuello que era el que vendía las Cervezas por caja, recuerdo a Hectico Alvarez, que le decían Tico Cuchilla, porque pasaba con una cuchilla Gillete deshojando una ramita de "matarraton", el doctor Amaury Mendoza, de familia ilustre, que no estaba loco sino que era un Orate,Pacho Bonnett que dedicó su vida a la venta de carne de cerdo, el ilustre Castellar Mendoza con su fama de tacaño, que ladraba de noche para economizarse el perro, Orlando Gamarra que era el locutor de todos los eventos del pueblo y por eso lo bautizaron "orlando bejuco".

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  2. Todos esos se me pasaron por alto, gracias por el aporte,

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