La Casa de Fernando (Vieja canción de la Billo's Caracas Boys)

La Casa de Fernando
Vieja Canción de la Billo’s Caracas Boys

La casa de Ivonne y Edgar me recuerda a mi propia casa en los años de mi infancia e inclusive los de mi adolescencia, siempre dulce y llena de gente, sin que nadie tuviera en cuenta la hora o la molestia en que se pudiera incurrir.

La casa de mi infancia tenia techo de palma con paredes de bahareque empañetadas con boñiga de vaca, pintada de ocre amarillo y con las puertas verdes, fresca, muy fresca y constaba de una sala amplia bajo un techo altísimo que aseguraba su frescor aun en las horas mas álgidas de calor. Quizá esto la convirtió en punto clave para las reuniones sociales de todo tipo o quizás fue la mano mágica de mi madre la cual siempre era la encargada de preparar la inmensa cantidad de alimentos que se ingerían. En todo caso crecí con la casa llena de gente: tíos, primos, sobrinos, amigos, reunidos en con gran algarabía lo cual fue campo abonado para que floreciera mas de un amor.

La reuniones eran amenizadas por el Maestro Aguja, una radiola monofónica Motorola que molía música en discos de 78 revoluciones por minuto, discos duros y prácticamente indestructibles, en los cuales aprendí el gusto por las melodías cubanas y los juglares acordeoneros de la época.

Comían, bebían, bailaban, brindaban con White Horse, el del caballito blanco en la tapa, los perfumes se entremezclaban dando origen a uno nuevo hijo de Johan María Farina, Cariaquito o My Fair Lady, las parejas se entrelazaban y danzaban al son de la música administrada por Al Capone, hasta el amanecer.

Otra circunstancia que mantenía la casa llena era el grill que funcionaba en la casa de enfrente, el Monto Bany, sitio que traía los fines de semana las mejores orquestas de la época en la región, Pello Torres y sus Diablos del Ritmo, Antolín Lenes con la cieguita Lucy González, La Casino Tropical del Maestro Nestor Montes y otras cuyos nombres se me escapan.

Este ambiente de fiestas, de sancochos, de farras me siguió hasta la adolescencia, ya en Sincelejo, ya en casa de paredes de bloques donde la única palma era el nombre del barrio donde vivíamos. Casa donde también florecieron amores y se vivieron sinsabores, pero nunca falto quien la visitara.

Ahora sé, que mi casa fue siempre el Punto de Encuentro, como la casa de Fernando de la canción de la Billos, ahora sé cuan importante es un Punto de Encuentro para la familia, para estrechar los lazos, de los viejos, de los nuevos, de los que están ausentes y buscan caminos para volver y de los presentes que buscan y recorren el camino que Dios en su Plan Infinito les trazó, fáciles para unos, difíciles para otros, pero con la convicción de que en la familia, pase lo que pase, siempre habrá una casa de Fernando que marque el Punto de Encuentro donde tener el hombro dispuesto a meterlo para equilibrar las cargas y al igual que Vito Corleone pensar que la familia es primero.

Comentarios

  1. Excelente!!, gracias por esas palabras para nuestra casa. Como dijo Melissa: Donde yo vaya irán ustedes. Siempre serán bienvenidos. Los amo en pila, familia

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  2. jajaja, Ojalá esa costumbre no se pierda! Aunque seamos menos, y falte el mando matriarcal, estamos unidos, y todavia hacemos bulla!! Gracias a ustedes y a todos, porque cada uno le aporta un poquito de sabor a la familia.

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  3. estas son las cosas lindas de esta familia, mi familia.... los quiero muchisisisimo!!!
    y es que nada como una reunion en la que los sabios Arrieta empiezan a llenarnos de alegres y peculiares historias familiares! :)

    como dice andre... ojala esa costumbre no se pierda

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