La Rueca del Tiempo

Hace uno años, cuando yo aun trabajaba para la Lotería de Bolívar, bien temprano por la mañana me iba y regresaba por la noche, ya oscuro, prisionero de los trancones y de los buses lentejos.  Un dulce o cualquier golosina me escondía en la camisa y Andrés me esperaba en la reja de la casa de la abuela y me registraba siguiéndose por el ruido del celofán del confite hasta dar con él. Luego Cristina comenzó a  acompañarlo y me esperaban los dos, así como se ven en la foto. Era una exigencia para que no los dejara solos, cosa que luego comprendieron. Ahora, no se cuando pasó esa pila de años, ya la abuela no esta y soy yo quien los veo partir a sus cosas, soy yo quien se pregunta que estarán haciendo y como le estará yendo, soy yo quien a las seis de la tarde me paro en la reja a ver lejos hacia arriba si los veo venir. Ahora soy yo quien pregunta si me trajeron algo y me alegro cuando llegan a contarme sus historias, sus cotidianidades, sus cargas y sus expectativas. Soy yo quien ahora se queda mirando el bolso de Andrés y me alegro cuando le veo sacar de su interior una galleta carmera y me la da con una alegría inmensa en sus ojos. Es Cristi la que ahora  me trae un confite. Es la espiral ascendente del tiempo, la rueca y el hilo del porvenir que no se detienen, tejiendo el destino y el futuro de cada uno, es la ley de la existencia, es el camino de la vida. Es la sucesión de las generaciones. Los amo, hijos. Que mi Dios los acompañe siempre y que EL sea  el guía de su ruta. 

Comentarios

  1. yo tambien te quiero mucho tio!!!! h podido volver a entrar al blog ..un bso y abrazo desde la distanciaaaa


    leo

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