La hora de Lola

Las tres de la tarde, un solazo candente de esos ue te queman la frente, el pavimento parece que bota humito, como extraño a la abuela y su cafe con roscones de bocadillo a las tres, bajo el arbol de laurel para paliar un poco el calor, como extraño su converacion y sus malas palabras tirandole madrazos al gobernador de turno. Como extraño esas tardes ahora que no tengo donde ir a encontrarme con ella, a tomar cafe con roscones de bocadillo o manitos de la tienda de la esquina, a seis por mil.
Abuela, te extraño...








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