Lucía
Hubo un tiempo en que esa sonrisa se perdió por completo y esa mirada se posaba, sin vida y sin luz, en un punto lejano del infinito. Admiro el temple de esta mujer que a pesar de su juventud e inexperiencia supo sortear todos esos obstáculos y trampas y reponerse de tal modo que recuperó no solo la sonrisa sino la vida y la luz de su mirada. Hija buena, sobrina excelente y Jefe rígida (creo yo), se ha mantenido en su linea moral y físicamente. Mirándola desde un punto donde poco podía hacer en esa época, ahora me alegro inmensamente de que todo haya quedado en el pasado y mirarle ese rostro tan bello que muestra en esta fotografía. Te quiero Luci, heredaste el temple y el valor de la abuela Susana y mi Dios te seguirá bendiciendo y cumpliendo tus sueños y metas. Felicitaciones.
te adoro !!!
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