En un pueblo donde la luz eléctrica era por ratos y donde solo existían tres televisores en todo el pueblo, lo mas asequible y maravilloso para nosotros fue la radio. Un radio, como decía el comercial, “un radio informa, instruye, entretiene, por eso donde usted vaya, tenga un radio” . El primer radio que hubo en mi casa era Philips, era el amplificador de un tocadiscos que con el formaba pareja, fue comprado donde Guillermo Sermeño, en el Carmen de Bolívar, población que era el centro del comercio de la región pues era paso obligado hacia al rio, por Zambrano, y era el Magdalena la via por donde entraba el progreso y por donde salían nuestros productos hacia infinidad de destinos. Por eso en el Carmen convergían toda clase de personas y por eso los almacenes con las novedades estaban en el Carmen. Allí compró mi papa ese radio Philips, y era el único que sabia usarlo y el único con derecho a cambiar la emisora, que no eran muchas, en San Pedro, captábamos la señal de Ondas del Rio...
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