Volvió el olor a lapiz y borrador
Viejos aromas de primaria. Otra vez se llena mi calle de estudiantes, otra vez se siente el olor a lápiz y borrador que los caracteriza desde los inicios de la primaria. Meter la nariz en un bolso de uno de estos pelaos es recordar el viejo olor a escuela y a aquella época en la cual el desaliño al vestir el uniforme era castigado con uno de esos castigos tradicionales que los profesores se ingeniaban además de los reglasos respectivos en la palma de la mano. Uno de los castigos era estar media hora debajo del inclemente sol con los brazos en cruz y las palmas de la mano mirando hacia arriba, en cada mano el profesor colocaba un libro grueso y se nos ordenaba no dejarlos caer so pena de duplicar el castigo, esto el la puerta del colegio, sometido al escarnio publico. Otro castigo era arrodillarse sobre granos de maíz sosteniendo los libros en la cabeza, estos granitos se incrustaban en la rodilla y al retirarlos nos dejaban el bajo relieve que nos recordaba el suplicio por un tie...