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Mostrando entradas de mayo, 2010

El tarro de miel

En uno de estos días que escuchaba música, me puse a pensar lo difícil que era todo antes, por allá por los años 70 y principio de los 80. Todo tenía su grado de dificultad para conseguirse, más aun si deseabas tenerlo. Así, las cosas se tenían que fabricar donde un "curioso" o sea aquella persona dotada de cierta habilidad y de la paciencia suficiente para dedicarse a ver como funcionaban las cosas para él  arreglarlas o reproducirlas. Mi tío Joche  era curioso, y toda la gama de radio técnicos y relojeros eran curiosos para fabricar o inventarse vainas. Hoy, con tanto avance, cambiar piezas malas por repuestos buenos es un juego de niños, literalmente hablando pues los adolescentes nacieron con la tecnología y en eso nos llevan gran ventaja. Joche se encargaba de hacer funcionar las cosas que no funcionaban y por las cuales nadie respondía pues eran compradas de contrabando en lMaicao. Otro curioso era Checha Buelvas. Así, cuando tuve mi primera cámara fotográfica, estrenad

Esperanza Inutil

La pátina del tiempo aun no ha logrado acabar con el carácter de todas las cosas que aun están guardadas en la casa, esperanza inútil de creer que podía ir y tomarlas en mis manos sin que los recuerdos me atropellaran haciendo saltar la uña que mantiene a la rueda frenada. Cachetada del  tiempo que me da a entender que nunca nada podrá borrar el alma que las cosas toman de sus dueños. Inventario de objetos inanimados que hablan por si solos martillando en tu cabeza  todos los recuerdos comprimidos en un solo recuerdo que los contiene a todos.  Ver quebrarse la falsa fortaleza con solo contemplar todas las cosas huérfanas de sus dueños. Un radio viejo, un despertador que sonaba siempre a las tres de la tarde y nadie pudo cambiarlo, una vitrina llena de santos, otra llenas de discos viejos, libros de toda clase, fotografías que creí perdidas, juguetes de tiempos infantiles, cuadros, paisajes, muñecos, vinos, todo girando en torno a mi cabeza en una casa vacía que conserva la presencia de

La constante del cambio

Cada vez que un cambio se da, algo se pierde y algo se gana, es una ley axiomática de la naturaleza, radical en todas sus leyes, o las cumplimos o las cumplimos. La Sede como tal se muda, se cambia a un recinto mas pequeño y más alto, y pasa de de tener tres amplios pisos donde la pelaera se perdía no estorbaba a un solo piso. Se pierde espacio pero se gana en status, y debemos comportarnos según el nuevo estrato. Yo no podré ir embarcado en mis viejos bramas modelo 2000, esperando la delicia de cruzar algún arroyo a pie después de semejante aguacero y con la camisa desencajada para vergüenza de Cristina, debo aprender a hablar mas bajo y a reír mas bajo aun, acá las paredes tendrán oídos y los vecinos menos tolerancia. De todas maneras, siempre visitaremos a Ivonne y a Edgar donde estén, y este pequeño escrito es solo para desearles muchas bendiciones para que les vaya muy bien y que se consoliden sus planes de que la próxima mudada sea para casa propia, de esa que cuando se abre la

La niña de mis ojos

Ella sabe que es la niña de mis ojos, y en sus catorce años su vitalidad es enorme, grácil y espigada comienza la adolescencia con paso firme y preparada para afrontar acertivamente los retos que se le presenten. Cristi nació un martes siete de mayo a las dos de la tarde, a mi me la entregaron, tiernecita, indefensa, y, eso si, preciosa, la verdad es que no sabia que hacer, quise mostrarla al mundo y la enfermera me lo impidió, si siquiera al patio me dejo sacarla, me la quitó y la acomodó de nuevo al lado de su madre. Es mi niña bonita, como dice Juan Legido, es el protocolo de la casa, es el equilibrio de los géneros en el hogar, y yo la quiero mucho, a veces grosera, a veces amorosa, a veces fuerte, a veces débil, a veces miedosa, a veces demasiado jodona, pero es mi hija y siempre lo será no importa que suceda en el mundo, siempre lo será. El día que nació llovió y al siguiente día de regreso a casa también cayó un fuerte aguacero, recuerdo que mi amigo William Martinez nos reco